Por Mario Rovere. Publicado en Revista Soberanía Sanitaria.
Efecto mariposa (todo tiene que ver con todo): “frente a un mundo tensando (aún mas) la cuerda: la salud debe volver a jugar mientras Putín amplía la cancha.”
¿Por qué dedicar un artículo de geopolítica en los reportes de Salud Internacional?. Quizás porque “La mejor guerra es la que nunca se ha librado.”
En la década de los 80’s la amenaza de guerra nuclear fue objeto de preocupación de organismos de salud y notablemente de redes de profesionales: Médicos Internacionalistas por la prevención de una guerra nuclear: International Physicians for the Prevention of Nuclear War (IPPNW) es una federación no-partidaria de grupos representando médicos, profesionales de salud y estudiantes en 63 países que comparten (compartimos) el objetivo de crear un mundo más seguro y pacífico libre de amenazas nucleares. La IPPNW ganó el premio nobel de la Paz en 1985. En marzo del 2023 abrió oficinas en Ginebra. A fin de mayo su Ex Co-presidente Tilman Ruff expresaba en la asamblea mundial de la salud: ya es hora, que la OMS vuelva a abordar “la mayor amenaza inmediata a la salud y el bienestar de la humanidad” que plantean las peores armas de destrucción masiva y, como primer paso, actualice su informe de 1987. Por supuesto, la IPPNW estaría encantada de ayudar a la OMS en la planificación, producción y seguimiento de un tercer informe de la OMS sobre los efectos de la guerra nuclear en la salud y los servicios de salud. Esperamos su apoyo para renovar el mandato de la OMS en materia de armas nucleares y salud en la Asamblea Mundial de la Salud en 2025”.
Entre 1945 y 1992 se realizaron más de 2.000 ensayos nucleares con propósito de disuación y perfeccionamiento de esa máquina de aniquilación. En 1992, en parte como consecuencia del fin de la Guerra fría se suspendieron “los ensayos”, dejando congelado el supuesto equilibrio nuclear a esa fecha. El ranking: EE.UU. 1054 ensayos, Rusia 715, el resto 300 básicamente realizados por Gran Bretaña, Francia y China en ese orden de magnitud, mientras el club de países con armas nucleares se expande.
Una reciente gira por Vietnam y Corea del Norte del premier ruso muestra como la amenaza deja de ser una pura especulación. Según la CNN: “El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó este jueves que Corea del Sur (y cualquier otro país) cometería «un error muy grande» si decide suministrar armas a Ucrania”. lo que se interpretó como “Putín procura crear su propia OTAN”.
Lo real es que la posibilidad de reducir el orden internacional desde un mundo multipolar a un mundo dividido en dos grandes bloques incrementa exponencialmente el riesgo de desencadenar el peor de los escenarios. La salud puede y debe volver a ser una fuerza ética y moral preventiva para evitarlo.
Puede leerse la conferencia de Tilman Ruff publicada el 7 de junio bajo el sugestivo título “La OMS debe volverse a involucrar en la relación salud [prevención de las ] armas nucleares”
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Complejo Médico Industrial transnacionalizado: “Las Fake News como arma de guerra, también contra las vacunas”
La agencia noticiosa británica Reuters cumple 173 años y parece poco sospechosa de parcialidad contra los Estados Unidos. Por eso la reciente revelación que la inteligencia militar de ese país había utilizado las redes sociales para desacreditar las vacunas de origen chino (SINOVAC) en el sudeste asiático durante la pandemia resulta una confirmación inquietante aun hasta para los más escépticos.
“La operación tenía como objetivo cuestionar la seguridad y eficacia de las vacunas y otras ayudas proporcionadas por China”. «No hicimos un buen trabajo compartiendo vacunas con nuestros socios…Así que lo que nos quedó fue arrojar sombra sobre China».
El Departamento de Defensa de Estados Unidos hizo caso omiso de las fuertes objeciones de los principales diplomáticos estadounidenses en el Sudeste Asiático en ese momento, según descubrió Reuters. El Pentágono, que dirigió el programa a través del centro de operaciones psicológicas del ejército en Tampa, Florida, ignoró el impacto colateral que tal propaganda pudo haber tenido en filipinos inocentes. «No estábamos viendo esto desde una perspectiva de salud pública», dijo un alto oficial militar involucrado en el programa, según informa Reuters. «Estábamos estudiando cómo arrastrar a China por el barro».
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¿Y por casa?: “Ciencia y Política “lo difícil que es enfrentar una pandemia con una conducción política. que no entiende (ni quiere entender) de lo que se trata.
El Dr. Anthony Fauci, la máxima autoridad sanitaria en Estados Unidos por décadas y responsable durante la pandemia del COVID-19, precisó en sus memorias que acaba de publicar, lo complicado que fue atender la emergencia durante la Administración Trump.
Un presidente que literalmente no entendía lo que estaba pasando en algunos aspectos muy fundamentales”,.. “Parecía confundir el COVID-19 con la gripe”, agregó.
El 24 de abril de 2020, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, el entonces mandatario sugirió que se estaba investigando la posibilidad de que inyecciones de desinfectante funcionaran como cura contra el virus, una idea completamente falsa que en ese momento fue rebatida por poner en riesgo a quienes escuchaban sus consejos y podían seguir sus indicaciones.
“Veo que el desinfectante lo noquea [al coronavirus] en un minuto”, “hay manera de que podamos hacer algo así, por medio de una inyección, o casi como una limpieza, sería interesante verificar eso, usted va a utilizar doctores para eso, ¿verdad? Eso me parece interesante”, le dijo a Bill Bryan, quien en ese momento dirigía la división de ciencia y tecnología del Departamento de Seguridad Nacional y que estaba en la rueda de prensa donde el entonces mandatario hizo la aseveración.
En respuesta a la declaración de Trump, Reckitt Benckiser, la empresa fabricante del desinfectante Lysol salió a desmentir: “En ninguna circunstancia se deben administrar nuestros desinfectantes en el cuerpo humano, ni por inyección, ingestión, u otra vía”.
Pero quizás la frase más criticada de Trump durante la pandemia, fue su comentario sobre las muertes por el COVID-19 en Estados Unidos, donde cobró la vida de más de 1,100,000 personas. “Están muriendo, eso es cierto. Y es lo que es. Pero eso no significa que no estemos haciendo todo lo que podemos. Está bajo control tanto como se puede controlar. Es una plaga horrible”, afirmó Trump.
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