Por Mario Rovere. Publicado en Revista Soberanía Sanitaria.
Efecto mariposa (todo tiene que ver con todo):Biopolítica siglo XXI
¿recuperar las tasas de natalidad llegará ser una “Cuestión de Estado”?. Para algunos países parece que definitivamente sí.
Es un hecho que por debajo de un 2,1 por mil de tasa de natalidad no se alcanza el nivel de equilibrio poblacional, al menos para un modelo de desarrollo. Ese valor ya ha quedado lejísimo de la realidad de los países más ricos. lo que se extiende en diferentes proporciones al resto del mundo incluyendo los gigantes como China e India.
Los sistemas jubilatorios, la demanda de fuerza laboral y otras dimensiones de la vida en sociedad entran en crisis, apenas compensada por fenómenos migratorios que no son siempre bien aceptados por la población residente. Gurúes como Elon Musk, o Donald Trump preanuncian una crisis terminal y no faltan los que explicitan su preocupación por la “defensa nacional” por un debilitamiento de la capacidad de reclutamiento de jóvenes para las fuerzas armadas.
¿Debería entonces estimularse la natalidad?. Según The Economist, Francia invierte más de un 3,5 % de su PBI en protección familiar, mientras Macrón piensa en un “rearme demográfico” de su país; Corea del Sur subsidia con 70.000 dólares cada nuevo nacimiento, los países escandinavos invierten intensivamente en programas de natalidad y hasta China históricamente pionero en el control de la natalidad, hoy ha instalado premios para las provincias que consigan incrementos significativos de la natalidad.
Por su peso relativo las mujeres jóvenes y de bajos ingresos se encuentran en el centro de la expectativa en países como Estados Unidos, en donde comienzan a dinamitarse décadas de esfuerzos para reducir el embarazo adolescente y no “casualmente” en Argentina el programa de embarazo adolescente no intencional (ENIA) fue recientemente desmantelado.
Para proteger los avances civilizatorios en términos de derechos, en términos de perspectiva de género, en el derecho de los y las poblaciones migrantes, parece deseable el involucramiento de toda la sociedad en el debate, no solo para redefinir un modelo de desarrollo sustentable con inclusión, sino también para prevenir la instalación de políticas públicas importadas desde aquellos centros que irradian sus propias soluciones “antiderechos” al resto del mundo.
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¿Y por casa? “la mejor forma de ignorar un problema de salud es no investigarlo”
La ciudad de Baltimore en Estados Unidos tiene una histórica relación con la Argentina. Un puerto marítimo, famoso por sus astilleros y su industria naval, fue refugio de los primeros exiliados argentinos, entre ellos el Coronel Manuel Dorrego, Manuel Moreno y Domingo Frenk, influyentes posteriormente en las ideas de la organización nacional. Pero el salto a las primeras páginas de los periódicos tiene otros motivos. “la capital de las sobredosis” es un poco honroso premio para una ciudad que se desindustrializa y ve morir mas de mil jóvenes por año por el uso de opioides sintéticos, especialmente por el fentanilo. Cien veces más potente que la morfina, con uso médico legal, en ocasiones combinado con otros principios activos y sin necesidad de un transito internacional de narcotráfico no solo produce adicción sino una incesante necesidad de incrementar las dosis que termina poniendo en riesgo la propia vida.
“los cadáveres son encontrados en moteles, en casas abandonadas y hasta en la vía pública” señala el New York Time. Y en una Ciudad que alguna vez fue pionera en enfrentar este problema sus autoridades reconocen que luego de la Pandemia poco y nada se ha hecho básicamente por enfocar otras prioridades. La pionera Escuela de Salud Pública “John Hopkins” son sede en esa ciudad puede ayudar al mundo estudiando como enfrentar una epidemia que tiende a expandirse a nivel internacional.
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“Barbas en remojo”; o “un detective de enfermedades en Camboya”
Con una pandemia en el espejo retrovisor, surgen nuevos estilos de epidemiología y de periodismo especializado en salud internacional.
Se tarda un tiempo en descomponer una noticia como la que nos captura con este nombre. Luego de la pandemia de Covid 19 se extiende la convicción que resulta imprescindible reducir los tiempos entre que una amenaza nace hasta que los sistemas de salud reaccionan construyendo una forma más eficaz de gobernanza mundial. Algo así parece surgir de esta nota de la periodista especializada en Salud Global Stephanie Nolan. Stephanie conocía que un epidemiólogo (detective de enfermedades) de apellido Sovann lidera en Camboya, una ex colonia francesa, un país del sudeste asiático de 17 millones de habitantes una nueva forma de entender la vigilancia epidemiológica. Formando extensamente a los profesionales de salud de todo el país y desburocratizando la notificación Sovann se mueve por todo el país y utiliza un sistema de acceso directo por whatsapp a su extensa red informal con cuatro celulares que lleva permanentemente consigo.
Consciente que una de las hipótesis prioritarias para una próxima pandemia es la posible mutación del virus H5N1 (gripe aviar) que hoy está produciendo graves epizootias y esporádicamente casos humanos de origen zoonótico. Esta mutación podría generar una temible transmisión entre seres humanos de una enfermedad con una letalidad superior al 50%. Como toda nota periodística que se precie, la descripción detallada de un caso se sitúa en un día de febrero y en una provincia oriental del país en donde una joven médica, la Dra. Sreyleak Luch a pesar de la ausencia de antecedentes epidemiológicos se arriesgó a pensar acertadamente en un brote de gripe aviar familiar. El diagnóstico una vez confirmado en la ciudad capital movilizó un fuerte bloqueó identificando aves de corral infectadas, pero afortunadamente sin evidencia de transmisión interhumana.
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